domingo, 31 de marzo de 2013

781. Puede, el ser humano, detener su marcha en el camino del progreso?



COMENTARIO EXEGÉTICO N° 781.

©Giuseppe Isgró C.


781. Puede, el ser humano, detener su marcha en el camino del progreso?
-“No; pero, en algunas ocasiones la puede retardar”-.
-Qué se debe pensar de quienes intentan parar la marcha en el camino del progreso, y de hacer retroceder a la humanidad?
-“Son seres que precisan adquirir el buen sentido, a quienes Dios dará oportuna lección. Serán arrastrados por el torrente al cual desean poner una barrera”-.
Comentario de Allan Kardec: Por cuanto el progreso es una condición de la naturaleza humana, nadie se le puede resistir. Es una fuerza viva que las leyes inadecuadas podrían retardar, y que, cuando éstas les son incompatibles, las supera, arrastrando con ellas a todos quienes buscan de mantenerlas. Y será así hasta tanto que el ser humano ponga sus leyes en armonía con la justicia divina, la cual busca el bien para todos, y no leyes promulgadas por el que sustenta el poder en perjuicio del resto de la sociedad. (Allan Kardec)

COMENTARIO EXEGÉTICO GIC:

Aquí se denota la agudeza jurídico-pedagógica y la visión espiritual de Allan Kardec. En las dos preguntas escalonadas, busca las respuestas a una realidad histórica que él percibe en torno a la manipulación del progreso por los diversos grupos de poder, a lo largo de la historia. Destaca como han tratado de mantener a las respectivas sociedades de su tiempo en la ignorancia, manipulándolas por medio de legislaciones las cuales han dejado de corresponderse con la ley del progreso humano y el resto de los valores universales, que rigen la justicia divina.
La segunda pregunta es genial y allí reside la excelencia de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, por cuanto Allan Kardec, en su profunda visión de la vida, al anteponer cuestiones precisas, previamente meditadas, está orientando las respuestas adecuadas a un objetivo pedagógico ya previsto.
Tanto mérito tienen las respuestas como las preguntas. Podría decirse que, al anteponer la pregunta, ya Allan Kardec intuye cual es la respuesta correcta, o ya la sabe, pero deja que sean los Espíritus interlocutores que la aporten.
Esto se deduce, claramente, al observar la lucidez con que Kardec comenta las diferentes respuestas, cuando su propia experiencia puede aportar una explicación adicional al caso que así lo amerita.
Es posible percibir, también, como, por medio de estas preguntas, se refleja el nivel de la cultura universal de Allan Kardec, y el cultivo de su intelecto en todos los ámbitos del conocimiento humano.
La segunda respuesta, presenta una excelente comparación entre el progreso y el torrente; éste, contrariamente al río que mantiene su flujo constante, en alguna ocasiones la fuerza de su corriente, en las estaciones estivas, puede menguar, como consecuencia del ciclo de actividad-pasividad de la naturaleza.
Durante el verano el flujo de la corriente del agua disminuye hasta quedar un pequeño riachuelo; pero, en el invierno, con las nuevas precipitaciones, la fuerza de las nuevas corrientes, limpiarán el camino de todo obstáculo que trate de frenar el flujo de las aguas. De análoga manera ocurre en el camino del progreso, en los avances cíclicos de la humanidad.
Los regidores de la vida, paralelamente que van emergiendo grupos de poder que intentan frenar el progreso humano, con antelación, y a tiempo, envían a los líderes adecuados, y a la gente que habrá de secundarle, para llevar a cabo las transformaciones sociales en armonía con el progreso y los demás valores universales, de acuerdo con los planes que rigen el desarrollo del planeta de turno. Forma parte de la ley de acción-reacción. Toda acción tiene en sí misma su propia reacción implícita, para mantener el equilibrio en la naturaleza y en la sociedad, respectivamente.

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